Esto lo escribí en diciembre del año 2004. Lejos de mi papá, vivía en Lanzarote y recordaba el 2001 en Buenos Aires. El cacerolazo. El fuego. Y papá mirando con esa mirada dura de la foto de abajo. Anoche me acordé de esto. Viendo otro cacerolazo. Siete años más tarde.
En el papel aparece una acotación en el margen. Escuchar a Bonacecelo (o la aldea perdida dónde fluyen las aguas del recuerdo).
le llaman. Todavía vive.
Nació en Yugoslavia, juntaba balines con siete añitos escarbando la nieve.
Las piernas desnudas.
Mira cómo queman neumáticos los piqueteros de allá, del otro lado.
No sé que pasará por su cabeza
mientras sus ojos
se pierden en el fuego.
Va a cumplir 80 años.
Nunca volvió a su aldea.
(la de arriba, otra fotaza de la Roci)
2 comentarios:
La foto buenísima. Lo que escribiste, hermoso. La realidad social, triste.
Da bronca que haya tanta organización social que se movilice para apoyar las sociedades agrarias, que siempre se vieron favorecidas.
La gente no piensa. Ya somos animales, nos movemos en manada, vamos hacia donde la corriente nos lleva, no vamos en contramano de la masa, pero sí en contramano de lo que realmente hace falta acá.
Saludos, Danixa. Debo escribirte mail, te lo debo.
Estimo que ya habrás vuelto a MDQ. No recibí mensajito tuyo para ir a la Waldorf, por lo que estimo o que no habrás ido, o que habrás olvidado avisarme, o...en fin.
Espero verte pronto.
Besos enormes para los dos.
luminarda.... ya te escribo y te explico qué pasó...
Veremos hoy cómo sigue nuestro destino.
Publicar un comentario