martes, mayo 27, 2008

La historia se repite


Puerta al crematorio Auschwitz

Esquina de un campo de concentración

Después de la liberación, Polonia



Esta última semana de mayo se conmemora la semana del
detenido-desaparecido, vaya mi homenaje a todos ellos, de cualquier origen y en cualquier país o región del mundo a través de este canto a la libertad que escribió un joven muerto a los 24 años por
los nazis:
Hirsch Glick

Nació en 1920 en Vilna.
Comenzó su carrera literaria escribiendo en hebreo y luego pasó al idish bajo la influencia del grupo artístico-literario Iung Vilne (Joven Vilna).
En el campo de concentración cercano a Vilna escribió una serie de poemas de aliento que hizo llegar al ghetto .
En 1943 fue trasladado junto con los demás prisioneros al ghetto de Vilna. Allí escribió "Nunca digas".
Luchó como partisano en los bosques. Los nazis lo capturaron y fusilaron en 1944.

Mi homenaje a todos aquellos que murieron y desaparecieron por soñar un mundo mejor y también a todos los inocentes que cayeron , sin saber por qué.

Nunca digas que vas por tu último camino
aunque los días azules se oculten tras cielos plomizos;
todavía ha de llegar el momento soñado
y resonará nuestro paso: ¡aquí estamos!
Desde el país de las nieves al de las palmeras
aquí estamos con nuestro dolor, con nuestra pena;
y donde cayera una gota de nuestra sangre
brotará nuestro heroísmo, nuestro coraje.
El sol de mañana dorará nuestro hoy
y el enemigo se esfumará con el ayer,
pero si demorara en aparecer el sol
por generaciones vaya como consigna esta canción.
Esta canción ha sido escrita con plomo y sangre;
no es el canto libre de un pájaro salvaje;
entre un desplomarse de muros resquebrajados
le cantó un pueblo con armas en mano.
Nunca digas entonces que vas tu último camino
aunque los días azules se oculten tras cielos plomizos;
todavía ha de llegar el momento soñado
y resonará nuestro paso: ¡aquí estamos!

Traducción Eliahu Toker



Otra versión:
No digas nunca que transitas tu final
si el día ocultan cielos de metal.
Nuestra hora tan ansiada,
ha de venir cuando redoble nuestro paso :

¡Henos aquí!”
Desde el país de la palmera al de la nieve
es nuestro inmenso dolor el que nos mueve.
Y allí donde nuestra sangre haya caído
brotarán nuestro valor , nuestro heroísmo”.

Se borrará el ayer con el enemigo,
la luz del alba alumbrará nuestro camino.
Pero si tarda, pasará nuestra canción
como consigna de una a otra generación”.

Con sangre y plomo la canción escrita está,
no es la de un pájaro feliz en
libertad, sino que un pueblo,
entre muros derrumbados,
la cantó con las armas en las manos”.
No digas, pues, que transitas tu final ...”
.

Traducción: Moshé Korin



Gracias Emilio Garrido,
por hacerme escuchar esta elegía a la vida,
allá por el 2005, en Radio Nacional de España.

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