lunes, diciembre 22, 2008

La piecita

Un pedazo del chapadur donde pintaba los papeles, los había amurado a la pared de la "piecita", todavía están, como sosteniendo los graffities que dejan los nuevos...balta y roci: Sho y qué?
Ayer , cuando revisaba todo, se cayó una foto de atrás del chapadur,
era Dany, mi vieja, mi tío, la Memé, y papá medio cortado mirándolo.

Nuestra primer biblioteca. Parece chica, pero de fondo, no nos alcanzaba el brazo.
El palo de amasar ravioles, dentro de la bolsa del primer pan lactal que comimos.

La botella del aguarrás. Conserva todavía su lugar, aunque vacía, y caa vez que alguien busca aguarrás o solvente papá dice...fijate en la botella verde, ahí... y todos sabemos...

Con esto planchábamos, y sobre todo jugábamos con Ale a la tintorería. El hilo, una maravilla, tiene más de 50 años, lo trajo mi viejo de la Wells. La máquina cosió de todo...para qué vamos a entrar en detalles!

La vieja Siam, la heladera...papá la volvió a conectar...

La bolsa de las compras, tejida por mi vieja creo, o usada por ella y por nosotras..ls odiábamos...a la bolsa, sobre todo cuando nos mandaba a La Perla, a comprar dos botellas del tinto El Zaragozano.

El lapicero lo hizo mi hermano Dany, estaba en el escritorio de los varones. Creo que era una caricatura que sacó la revista Gente sobre Perfumo.Aunque no entiendo bien, porque Dany era fana e Independiente...

El maletín más nuevo que podíamos tener para ir a la escuela...jajaj

Uaaaaaaaaaa!!!, esa toalla era de mi papá, hizo furor en los 70 en la playa, era en degradeé de verdes al amarillo, todos los hermanos nos pelébamos por usarla.Parecía de terciopelo de suavecita.

Éste aunque es más nuevo, es del 92 , lo compramos con Valdi en un marionetería de Praga. Se parecía a mi abuelito Ignacio. Tenía una cerveza en la mano.

El veladorcito que compartíamos Ale y yo.Le falta gran parte , era como un faro, con vidrio a cuadritos, el pie y lo de arriba, era como de onix...


Mamá planchaba con ésto. Una Atma. Pesaba como el plomo, sobre todo cuando nos hacían planchar sábanas.

este conejo me lo gané en una kermesse de la parroquia del barrio, conel número 70, me puse supercolorada cuando me di cuenta que llamaban al 70, y mi mano transpiraba y lo deshacía, hasta que roja como un tomate dije el conejo o el escarnio. Era peludo, olía a choripán.

Siempre que vuelvo a la casa de mi infancia me agarran unas ganas locas de tirar cosas.
De hacer espacio, limpieza. Hurgar en el pasado de los objetos que la habitan.
Mi fuente de inspiración para tan agobiante tarea es "la piecita". Un cuarto que siempre funcionó de algo distinto. Fue cuarto de costura, taller de pintura, de escritura, despensa, planchado, entregas de Diseño V para la UBA, mercería o aula, según demandaban los juegos con Ale, capintería y bordado, armado de artesanías, poesías, lugar donde fumar el primer faso.
Cada vez que vuelvo, la encuentro distinta, pero siempre atiborrada de cosas que no se usan, y me emperro en limpiarla de polvo, en lustrarle el piso, en hacer lugar, aire, espacio, respiro.
Uf, con la uñas negras y el cigarrillo en la boca, recordando los primeros juegos cuando se cortaba la luz, Dany nos corría por toda la casa, y al final lo encontrábamos detrás de las cortinas iluminándose la cara con una linterna roja, que era suya. Solo suya. Tendríamos cinco años.Mi hermano once.
Después llega la decisión de ser pintora, la tomé ahí con sólo 10 años, escuchando a unos futuros arquitectos hablar sobre el ser libre o el ser esquemáticos, estucturados.
Pregunté si podía estudiar pintura, me dijeron claro, hay escuelas de bellas artes.
Y así, mientras voy llenando bolsas de consorcio, con objetos destruídos y chucherías , voy recordando, y me detengo entonces para fumar, y miro la noche, porque empiezo de noche, y sola, cuando todos los habitantya están acostados, es una ceremonia casi.
Pero siempre, siempre, le perdono la vida a algunos objetos.
Inútiles, tontos, y hasta por ahí feos.
Juro que revivo infancia.Veo a mis hermanos, a mi hermana, a mi vieja.
Los veo. Los tengo ahí, en esas cosas sucias , retazos despojados de toda gracia, mancos, polvorientos, rotos y destartalados.
Las cosas que eran grandes, sagradas, bellas,hoy son pequeños pedazos de esa vida que perdono en cada viaje. A lo mejor algún día ellas me tiran a mí.
Por eso anoche saqué decenas de fotos, algunas de las cuales subo acá.
Por las dudas.

5 comentarios:

María W. dijo...

Eso sí es una ceremonia. Adoro el clima de revolver cajas, abrir cuadernos, desempolvar objetos, a veces, con ganas, tiempo y coraje.
Un besote.

.rumi. dijo...

Increíbles esas cosas!

Y "la piecita" también...allí, en esa piecita, realicé mi primer revelado blanco y negro, fumé los primeros fasos del año nuevo de 2005, hice macramé junto a Bruno...y tantasss otras cosas!
Y pensar que yo lo recuerdo desde hace apenas unos años, y en realidad guarda tannnta historia.

Los objetos, como te dije, increíbles.
Te veo mañana, hermosa.

Danixa Laurencich dijo...

bueno, che...están invitadas a la piecita!! volvió a ser cuarto de coser, de pintar, de fumar, d soñar!

eleniop dijo...

fijate lo que es la sencicilidad...detras de la marioneta de praga hay una hermosa fotografia...

Danixa Laurencich dijo...

jaja...sí la iba a destacar, e acordás que mi viejo era diablo como vos,...lo que pasa es que justo había ganado boquita y no quería lastimar sensibilidades...
el títere de praga lo puse sobre el poster del rojo... la última vez que salío campeón.
feliz año de goles y más goles