la nobleza de las mulas cruzando los Andes,
de los 35 escalones...o 30,
ya no me acuerdo,
ganados al tiempo.
LA VIDA ES UNA ENFERMEDAD MORTAL QUE SE TRANSMITE POR VÍA SEXUAL
Los ruidos me llegan desde la cocina.
Lata, loza, agua.
¿Sabrá manejar el fuego?
Sí, sabe.
También yo, pero no tengo más ganas.
Hice mi primer huevo duro a los diez.
Y me quemé.
Mi hermano me llamó boluda.
Yo nací para dibujar, para tocar música y para cocinar.
No tengo tiempo de estudiar! dice.
¿Quién le enseño mocoso irreverente a
tener las cosas tan claras?
Yo no sé qué hacer conmigo.
Recordar imágenes,
fotografías ordenadas en mi mente,
músicas lejanas.
Recuerdos de no detención.
-Dale que ya están los ñoquis ma
-Voy, digo.
Sé que prendió velas.
Lo escuché.
Espera ansioso mi bajada.
Pero siento que no merezco nada.
Sólo quiero recodarme de pie señalando un orbis.
Al sur, punta sur de un muelle de pescadores.
Él me retrata.
Y yo a él, después le digo:
No te detengas nunca en un puente.
El puente se quiebra.
Caminá,
sin mirar para abajo.
Caminá.
Como si las ventanas estuviesen abiertas.
No me hizo caso.
Hacía algún tiempo que no había entrado en tu blog. Me había quedado con las fotos de Guatemala, me había quedado con las ganas de escribirte sobre mis recuerdos de mi viaje a ese hermoso país hace ya más de veinte años y las ganas de volver a hacerlo, me había llevado tu imagen con el huipil en mente, mezclándose con las mías, que me hizo Juanjo con aquel huipil antiguo que me regaló nada más nacer Lea.... Te había dejado recién aterrizada en casa y así me fui yo a Andorra, a meterme entre las montañas, a dar un seminario y una conferencia, a hablar del tiempo, del tempo, de lugares, de cuentacuentos y nómadas entre el pasado y el presente.....Rebotaron mis palabras y pensamientos de una pared montañosa a la otra, rara sensación de encierro, torre de marfil invertida, pozo de energía...
Wie gerne waere ich dabei gewesen
haette mit gefeiert
dich in den Arm genommen,
auf dein und mein Wohl getrunken,
der Welt zum Trotz
ja-Wohl, Trotz allem.
Las últimas imágenes del naufragio, Hiroshima mon amour o
Apocalipsis now.
Los títulos de la resaca de este domingo post fiesta.
grandes como nunca los abre
escuchaba a Ricardo:
Ahora que lo sabés sos responsable decía él.
Y volvía a recordar al viejo Antín,
Hawai,
Kieslowski,
y al hippie que hizo el dragón
de
Pelos largos hasta el piso, blancos,
la mujer también,
eran hippies ingleses,
lindo viejo, no me acuerdo el nombre...
Vos tenés que venir a salvar a Argentina, desde adentro.
como mira
una genia.
Yo me reía con Lau,y
Pappo masticaba un hielo gigante que
había dejado la tía Darinka, parado
al lado de la heladera empotrada
que seguía dando cervezas.
Una a una,
como la leche de una madre pródiga.
era el último néctar
de la fiesta.
Andrés hablaba de Bastian
y Atreyu, de la lealtad,
y la pureza , y la corrupción , la corrupción de los héroes:
recomendaba fervorosamente la lectura
de La historia interminable de Michael Ende,
si es posible en rojo y verde,
Ricardo le devolvía la gentileza
diciendo: Estamos todos en el horno.
Mirate eso. Zeitgeist no es nada al lado de eso.
Andrés nos perfumaba a todos con
su pipa,
un rico aroma entre tanto cigarro,
tanto cenicero hastiado de olor rancio.
Mis virginia finitos
andaban aplastados por todos lados.
Tirá nomás en el piedra,
mañana los recojo,
María se echó a reír a carcajada limpia,
por algo tiene esa bocaza, es especial su risa,
grande y huesuda,
linda,
Leicia me miraba y no sabía si reírse con los ojos
o la boca.
La fragilidad y el talento,
su fuerza y simpleza
me pueden.
Qué perceptivo Ulises,
cuando dijiste
Belleicia!
Le tocó un huipil negro
para estar afuera.
La noche era linda, pero fresca.
Mis ponchos y huipiles
sirvieron para darnos calor,
al lado de la parrilla.
Gabriel parecía un jefe indio,
una túnica hasta el piso y
un poncho rojo que le tocó en la repartija,
le daba aspecto de Richard Gere
haciendo de piel roja,
una risa.
Pero el tipo no se sentó el toda la noche.
O casi.
Vanesa abrigaba a Agustina,
Agustina buscaba a Nevada,
Nevada huía de los perros,
los perros movían la cola
cuando alguien les llevaba los restos de choripán
que recogía de la mesa.
Ellos también estaban de fiesta.
María fumaba tranquila en el banco naranja,
Laura escuchaba a Marucha.
Hablaba sobre el cristianismo, la iglesia
el poder y todo eso.
El vino corría rápido por
la sangre de todos,
por la mía entremezclado con
té de rosa de jamaica,
a ver si en una de esas la falta de vesícula
me jugaba una mala pasada.
Total, había vino a rolete,
encendía las mejillas
y aumentaba el volumen de las voces.
A Pappo le pesqué algo sobre economía
mientras sacaba las papas del fuego.
Balta se aburrió y se fue a ver TV Registrada.
Paula anotaba su blog,
y preguntaba por el mío.
Yo por el de ella.
Me sorprendió cuando me dijo que era la hija
de viejos conocidos míos,
padres artistas, hijos artistas.
Con Leicia ponderábamos
el feisbú.
Marucha defendía el teléfono.
María el blog.
Las pizzas dejaron paso a la morcilla,
las morcilla a los choripanes,
los choripanes al matambrito
y el matambrito a la pizza a eso de las dos de la mañana
La música seguro que molestaba a los vecinos,
pero era sábado in the night,
y el Bebo Cigala
nos embriagaba con su voz
quebrada.
Hoy se fue María Rosa,
me dijo, aunque te ocultes tras los
lentes oscuros,
la cara te vende.
Volví de la estación de micros,
un sol radiante,
un taxista me confundió con una extranjera
y me hizo el cuento de las calles cortadas.
No dije nada.
No tenía ganas de pelear.
Balta duerme.
Yo cuelgo los ponchos afuera,
para sacarles el olor a faso
me prometí no fumar más.
Junté uno por uno
del jardín,
los puse en la bolsa,
lavé los ceniceros.
Tomé litros de agua
y me dije
Dianita, ya estás vieja pa’ tanto baile.
Gracias a los amigos que vinieron anoche, a los que se fueron, a los que vendrán, y a los que no vinieron.
Me hacen feliz .